El viaje de Ernst Niekisch por Thierry Mudry


Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera

Ernst Niekisch ya no es un autor desconocido, pues muchos libros han tratado
ampliamente su vida y sus ideas e incluso algunos han sido dedicados totalmente a
estudiarlo (1). El último de ellos, Ernst Niekisch und der revolutionärer Nationalismus
(Ernst Niekisch y el nacionalismo revolucionario) de Uwe Sauermann, sólo abarca, por
supuesto, uno de los periodos de la vida intelectual y política de Ernst Niekisch, el periodo
nacional-revolucionario (mal llamado “nacional-bolchevique”), que coincidió con la
publicación de la revista Widerstand (Resistencia), que Ernst Niekisch dirigió de 1926 a

  1. No aborda el periodo socialdemócrata anterior a 1926, el cual es mencionado en las
    memorias de Sauermann, ni el periodo de posguerra (después de 1945, cuando Niekisch
    se hizo marxista y ocupó el puesto de profesor en la Universidad Humboldt de Berlín
    Oriental). Uwe Sauermann realiza un minucioso estudio de la revista Widerstand (no duda
    en recurrir a un análisis cuantitativo de los textos con tal de extraer los conceptos clave
    del mismo) y, a través de él, examinar el desarrollo intelectual y los planteamientos
    políticos de Ernst Niekisch y sus amigos entre 1926 y 1934. Este estudio se divide en
    cuatro partes:

 La primera trata de la evolución de la revista
 La segunda examina la postura de la revista ante el nacionalsocialismo
 La tercera estudia la ideología específica de Widerstand
 La cuarta aborda el tema de Widerstand y del movimiento creado en torno a ella
en el contexto de la cultura política de la República de Weimar.

Ernst Niekisch: de la socialdemocracia al nacionalismo

Ernst Niekisch desempeñó un papel muy importante en la socialdemocracia alemana tras
la Primera Guerra Mundial: el 8 de noviembre de 1918, Ernst Niekisch, entonces un joven
profesor del partido socialdemócrata, creó el Consejo de Obreros y Soldados de
Augsburgo y se convirtió en su presidente. El 21 de febrero de 1919 fue elegido presidente
del Comité Central de Consejos de Baviera, pero se negó a participar en sus experimentos
y posteriormente en el liderazgo de la República Soviética de Baviera; fue condenado a
dos años de prisión por “complicidad en alta traición”. Fue entonces cuando se unió al
USPD (Partido Socialdemócrata Independiente, ala de la izquierda disidente de la
socialdemocracia) del Landtag bávaro. En 1922, junto con la mayoría de los
“independientes”, Niekisch se afilia a los socialdemócratas. Parecía que pronto haría una
brillante carrera política, pero Niekisch abandonó Múnich y se fue a Berlín, donde fue
nombrado secretario de la organización juvenil del sindicato de trabajadores textiles. A
partir del otoño de 1924 Niekisch expresó sus opiniones “nacionalistas” en la revista
socialista Der Firn (Los Firmes), de la que era redactor jefe, que pronto evolucionaron
hacia declaraciones ultranacionalistas y “maquiavélicas”. Al mismo tiempo, Niekisch entró
en contacto con el “Círculo Hofgeismar” de jóvenes socialistas que eran de tendencias
nacionalistas. La “política de ejecución” del Tratado de Versalles y la ocupación del Ruhr
por tropas franco-belgas habían dado a Niekisch, al igual que a otros jóvenes socialistas,
un nuevo sentimiento de conciencia nacional. Violentamente atacado en el seno del SPD,
Niekisch abandona el partido a principios de 1926, seguido por los miembros del Círculo
de Hofgeismar. En 1926 Niekisch se afilia al “Antiguo Partido Socialdemócrata” (A-SP),
fundado por 23 miembros socialistas del Landtag sajón. Niekisch asumió el puesto de
editor del diario del A-SP, el Volkstaat, convirtiéndose rápidamente en el “guía espiritual”
del nuevo partido (p. 44). En el Congreso de Dresde de la A-SP Niekisch llamó a los
trabajadores a desarrollar una “conciencia estatal y popular” e instó a la República a
comprometerse “pasionalmente” con la recuperación de Alemania (nota 1, p.47). Al
mismo tiempo, junto con antiguos miembros del Círculo de Hofgeismar Niekisch fundó la
revista Widerstand a la que imprimió su estilo personal.

Las elecciones parlamentarias de mayo de 1928 son un fracaso total para la A-SP. En
noviembre de ese año Niekisch abandonó la A-SP después de que el Tercer Congreso del
Partido rechazara su proyecto de programa (P.65). Entonces, la revista Widerstand cortó
todos los lazos con el socialismo (tradicional) y se pasó completamente a la extrema
derecha nacionalista. Ya en 1926, cuando los jóvenes socialistas estaban abandonando la
revista, Widerstand había abierto sus columnas a los nacionalistas y había acogido como
colaboradores permanentes a los líderes de los grupos paramilitares como Oberland y
Wehrwolf, así como al escritor “veterano” Franz Schauwecker, amigo íntimo de Ernst
Jünger. En 1929 Friedrich-Georg y Ernst Jünger, portavoces del “nuevo nacionalismo”, se
unieron a la revista. Entre 1928 y 1930 Niekisch decide que es necesario unificar a todos
los nacionalistas. En octubre de 1928 consigue reunir a los líderes de los grupos
paramilitares Stahlhelm, Jungdo, Wehrwolf, Oberland, etc., con tal de formar un “círculo
de líderes” (Führerring), pero esta empresa (que ya había intentada unos años antes Ernst
Jünger) fracasó. En 1929 Niekisch intenta unir a las ligas juveniles y las asociaciones
estudiantiles en una “acción juvenil” dirigida contra el Plan Young con un mediano éxito. A
partir de entonces, Niekisch se contentó con crear un “movimiento de resistencia” en
torno a la revista Widerstand basado en la “Camaradería del Oberland” (ya que parte del
grupo Oberland apoyaba sus ideas). Este movimiento pasó a la clandestinidad en 1933;
finalmente fue desmantelado por la Gestapo en 1937 y sus dirigentes, entre ellos
Niekisch, fueron encarcelados (2). La revista Widerstand se radicalizó durante la década de
1930 e incluso propuso la toma total del poder por parte de Niekisch…, pero su mal genio
(“antipático y sentencioso”, pretendía “saberlo siempre todo mejor que los demás”; cfr. p.
74) lo impidió; Niekisch era considerado como un Oberlehrer, un conferenciante
desagradable, por la nueva generación de nacionalistas y esto terminó provocando la
salida de algunos colaboradores de la revista, especialmente Auguste Winnig, y la
marginalización de Widerstand dentro del campo nacionalista.

Widerstand: del “nacionalismo proletario” al “bolchevismo prusiano”.

Uve Sauerman identificó, dentro del entramado aparentemente confuso de acciones y
temas desarrollados por Niekisch y Widerstand, un hilo conductor: el nacionalismo
absoluto e incondicional (unbedingt) que empezó a ser profesado por Niekisch a partir del
1925-1926:

 En un principio, Niekisch creía que correspondía a la clase obrera encarnar este
nacionalismo y aplicar su programa (un programa de política exterior) contra el
Tratado de Versalles, que era considerado como un sistema de opresión (opresión
política por parte de las potencias occidentales en contra de Alemania y de
opresión social por parte del capitalismo internacional en contra de los
trabajadores). Fue la época del “nacionalismo proletario” (1925/1928) y la
influencia de Lassalle era evidente.
 Cuando esto fracasó las esperanzas de Niekisch se volvieron hacia los grupos
paramilitares y las ligas juveniles nacionalistas. Al mismo tiempo, Niekisch
descubrió que tras el Tratado de Versalles era Occidente, y en particular la
romanidad, la que oprimía al “ser alemán”. También descubrió que la “protesta
alemana” en contra de Roma era encarnada por Lutero y el “espíritu de Potsdam”
que defendía la vieja Prusia, siendo este el espíritu de resistencia de Alemania en
contra de Occidente. Sauermann llama a esta época la Widerstandsgesinnung
(1928-1930).
 La ideología de Widerstand se radicalizó en 1930-1931 dando lugar a una especie
de “bohemismo prusiano”: Niekisch creía que Alemania tenía que volverse hacia el
Este, particularmente hacia el espíritu antioccidental de la Rusia soviética, si quería
alejarse de Occidente, pues solo así volvería a reinar el “espíritu de Potsdam” (el
cual había sido continuado por los rusos y que Alemania debía recuperar). Niekisch
depositó sus esperanzas en el campesinado y, durante un tiempo, en el

proletariado revolucionario (es decir, en el Partido Comunista Alemán, al que veía
como una “avanzada” de la Rusia soviética) siempre que asumiera un postulado
nacionalista (espiritual).
 Por último, Niekisch, impresionado por los logros del Plan Quinquenal soviético y
de la colectivización (viajó a Rusia en 1932) y después de su lectura de El
Trabajador de Jünger, previó la aparición de una “Tercera Figura Imperial”
planetaria, cuya esencia sería la técnica y que suplantaría al “eterno romano” (cuya
esencia era la metafísica) y al “eterno judío” (cuya esencia era la economía) (3).
Fue en esta época que Niekisch se alejó del nacionalismo absoluto que había
profesado hasta entonces.

En 1926-27 la revista Widerstand abogaba por un nacionalismo proletario que, según
Niekisch, no tenía nada que ver con el nacionalismo “social-reaccionario” de la burguesía
(p. 180). Este nacionalismo proletario, que tiene su origen tanto en la ideología del Círculo
de Hofgeismar como en los escritos anteriores de Niekisch, se basa en tres ideas clave:

  1. La clase obrera, por su carácter fundamentalmente colectivista (“kollektivistische
    Grundhaltung”), debido a que no posee nada, carece de “las motivaciones egoístas
    impulsadas por la propiedad individual” y puede convertirse en el agente más puro
    de la raison d’Etat y en el sujeto nacional (receptáculo) por excelencia del
    nacionalismo;
  2. El capitalismo internacional ha sometido a Alemania y ahora, desde el final de la
    guerra y la imposición del Tratado de Versalles, los alemanes se han convertido en
    una nación proletaria;
  3. La revolución social en contra la explotación occidental del proletariado alemán y
    la revolución nacional en contra del Tratado de Versalles están estrechamente
    ligadas (pp. 180-182).

Decepcionado por sus experiencias en la A-SP, Niekisch comienza a idealizar al
proletariado y traslada todas sus esperanzas a una “minoría nacionalista”, es decir, a los
grupos paramilitares y a las ligas juveniles, pero también al campesinado revolucionario.
En 1932, Niekisch hizo campaña a favor de la candidatura del líder campesino Claus Heim
en las elecciones presidenciales. En sus Gedanken über deutsche Politik (Reflexiones sobre
la política alemana), publicadas en 1929, Niekisch hablaba de la “superficialidad” de la
“sustancia völkisch” del obrero alemán (p. 195). Más tarde, escribiría un artículo en
Widerstand titulado “El espacio político de la resistencia alemana” que fue publicado en
noviembre de 1931. En el artículo decía que la “sustancia humana y völkisch” del pueblo
alemán había sido aplastada y pulverizada, de modo que la lucha proletaria sólo podía
expresar el “resentimiento social” (p. 284). En el mismo artículo, Niekisch afirmaba que el
espacio político de la resistencia alemana se encontraba entre el proletariado
desarraigado y la burguesía occidental (4). Niekisch descubrió que Alemania no sólo
estaba oprimida política (y económicamente), sino también alienada culturalmente. El
Tratado de Versalles y el sistema de Weimar permitieron a Occidente, y en particular a la
romanidad, sofocar el ser alemán y dominarlo para su beneficio. A medida que la
ideología de Widerstand se radicalizaba, el aspecto antirromano se hacía más fuerte y
dominante.

Niekisch y Widerstand atacaron todas las manifestaciones de Occidente y la romanidad en
Alemania: las “ideas de 1789”, como el Progreso, la Humanidad, la Paz y la Amistad entre
los pueblos fueron denunciadas como mitos incapacitantes destinados a desarmar a
Alemania y acabar con cualquier voluntad de resistencia (pp. 199/ 200); la civilización
(occidental) y las grandes ciudades también, al igual que el individualismo, el liberalismo
(p. 200), el capitalismo (p. 200) y la burguesía (p. 200), considerada como el verdadero
enemigo interior, cuya liquidación Niekisch consideraba como un nuevo “Día de San
Bartolomé” o una nueva “Víspera siciliana” (5); lo mismo se decía de la propiedad privada
en el sentido del derecho romano, pero también del marxismo como continuación del
liberalismo, el catolicismo, la República de Weimar, el parlamentarismo, la democracia (o,

más exactamente, el “desdemocratismo”, es decir, la búsqueda del apoyo de las masas
que, según Niekisch, también caracteriza al fascismo); y el fascismo. Niekisch escribió su
primer artículo largo sobre el nacionalsocialismo en mayo de 1929 (“Der deutsche
Nationalsozialismus”). En él criticaba la orientación pro-italiana y pro-británica del
nazismo, es decir, su orientación pro-romana y pro-capitalista/pro-imperialista. También
denunció la integración del nazismo en el Sistema de Weimar (pp. 95-97). En su libro
Hitler, una fatalidad alemana, publicado en 1931, Niekisch expuso ampliamente las
razones de su antihitlerismo: tras reconocer los inicios positivos del movimiento nazi,
Niekisch condenó la “traición romana” de Hitler, que transformó el nacional-socialismo en
un movimiento fascista y “católico”, por lo tanto “romano”, y con ello había traicionado el

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